viernes, 2 de septiembre de 2011

Un hombre mata a una vecina con una fesoria en Cabrales por un conflicto de lindes


María Teresa Inguanzo, una vecina de 75 años de la localidad cabraliega de Inguanzo, falleció ayer tras haber sido golpeada en la cabeza con una fesoria por un vecino. ¿Los motivos? La propia Guardia Civil apunta a una discusión entre ambos por temas relacionados con lindes de fincas y viviendas, y los vecinos, aunque sorprendidos por el desenlace, reconocen que no les pilla del todo por sorpresa. El tema de conversación en el concejo era a lo largo de la tarde de ayer el homicidio que se había cometido en este pequeño pueblo de apenas 115 habitantes, a pocos kilómetros de Carreña, la capital del concejo. Un lugar donde nunca había pasado nada similar.

Todo parece indicar que el agresor entró a la casa de la víctima a través del tejado, rompiendo una ventana de techo. Sólo él sabe ya lo que sucedió en el interior de la vivienda, donde la mujer, viuda y con dos hijos, vivía sola. Pero el propio agresor fue el que contó en el cuartel de la Guardia Civil lo que había sucedido. Fue hacia las tres de la tarde cuando golpeó a su vecina en la cabeza con una azada, dejándola malherida. Después, acudió al cuartel de la Guardia Civil para informar de lo sucedido, y quedó detenido, como presunto autor de un delito de homicidio. Cuando las asistencias sanitarias llegaron a la casa, la mujer seguía viva. Fue trasladada en ambulancia hasta Carreña. Un helicóptero aterrizó en el campo de fútbol de la localidad para trasladarla hasta el Hospital Central de Asturias, pero allí nada pudieron hacer por salvarla. La víctima de la agresión falleció a las siete y cuarto de la tarde, a causa de las graves lesiones que le habían provocado. Mientras, la Guardia Civil tomaba huellas en el interior de la vivienda y sacaba fotografías, dejando después precintado el acceso a la misma.

Los vecinos comentaban ayer tras el suceso que, «sin ser conflictivos, los dos implicados en el suceso tenían algún problema desde hace tiempo». Pero la incredulidad estaba presente en todos ellos por el sangriento final que había tenido dicho enfrentamiento. Sobre el presunto homicida, dicen que «era algo solitario, pero nada hacía indicar que una tarde fuese a acabar con la vida de su vecina».

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