viernes, 12 de agosto de 2011

Dos "okupas" hallan el cadáver de una mujer que llevaba dos años fallecida

Dos «okupas» gijoneses que acaban de ser detenidos se llevaron una macabra sorpresa a finales del pasado mes de julio, cuando intentaron instalarse en un piso situado a la altura del número 1 de la calle Eduardo Varela, en el barrio de Contrueces, que creían deshabitado. Los asaltantes del inmueble hallaron en una de las habitaciones del piso el cadáver momificado de una mujer, la propietaria, de nombre Aurora, de 71 años de edad y de origen portugués. La investigación policial acaba de confirmar que Aurora llevaba muerta en su domicilio más de dos años.

Las pesquisas en torno a este suceso se iniciaron el pasado 5 de agosto. Un inspector de vivienda del Principado de Asturias dio la voz de alarma al comprobar que se había cambiado la cerradura del inmueble pese a que la dueña llevaba dos años sin pagar su renta, lo que había dado pie a la inspección. El funcionario comunicó este hecho a sus superiores, quienes decidieron avisar al Cuerpo Nacional de Policía.

Los vecinos aseguraron entonces a los agentes que hacía «mucho tiempo» que no veían a la septuagenaria de origen portugués, por lo que los agentes solicitaron los servicios de un cerrajero. En el interior del inmueble los funcionarios localizaron el cuerpo sin vida de la propietaria. La Policía científica conseguiría identificar posteriormente los restos mortales de la fallecida, que no presentaba «ningún traumatismo», por lo que se deduce que no «había sido víctima de una muerte violenta», según fuentes de la investigación.

La difunta no tenía familiares directos en España. «Era una señora muy solitaria, pero también muy simpática, que charlaba a veces con nosotros y que nos contaba cómo estaba su familia en Portugal», declaró ayer a este periódico una de sus vecinas, Ángeles Luis. Esta gijonesa asegura que hacía mucho tiempo que no veía a su vecina, «pero nunca pensé que estuviera muerta, más bien creí que se había ido a ver a su familia». Aurora llevaba viviendo en el citado edificio de Contrueces desde que se construyó, hace más de diez años, por lo que era conocida en la zona. «Era una mujer muy activa que iba todos los días a la compra, pero que también se encontraba muy sola», concluye Luis.

Tras la identificación del cadáver, la Policía Nacional puso el suceso en conocimiento del Consulado de Portugal en Madrid. Las autoridades del país vecino se encargaron del traslado del cadáver a Portugal.

Los funcionarios policiales encargados del caso localizaron además en el interior de la vivienda la cerradura que se había utilizado anteriormente en el inmueble. Este hallazgo levantó las sospechas de los agentes, que pusieron en marcha una nueva investigación para saber si personas ajenas al inmueble habían accedido ilegalmente a la vivienda. Los temores llegaron a confirmarse. Una semana antes de la llegada de la Policía una pareja había querido ocupar el piso creyendo que nadie vivía en su interior desde hacía tiempo. Los ahora detenidos había sido desahuciados de su anterior vivienda y estaban buscando un nuevo lugar en el que residir, aunque fuera de manera ilegal. Los «okupas», que habían pagado a un cerrajero de urgencia para acceder al inmueble, no se esperaban ni por asomo lo que se iban a encontrar en el interior de su nuevo hogar de prestado.

Los arrestados dejaron el piso en cuanto hallaron el cadáver de su propietaria, pero, a pesar de ser conocedores de un fallecimiento tan lejano en el tiempo, ya que el cuerpo se encontraba momificado, no pusieron los hechos en conocimiento de la Policía ni de los servicios de emergencia. Los «okupas» no podían «justificar su presencia en el lugar» y por ese motivo silenciaron el macabro hallazgo, tal y como relataron ayer portavoces policiales.

Las investigaciones posteriores permitieron el arresto de los dos «okupas», un hombre de 35 años y una mujer de 38 que fueron localizados el pasado martes. Una vez trasladados a dependencias policiales, la pareja admitió haber entrado sin permiso en el edificio. En el interior del inmueble los acusados reconocieron haberse llevado «una desagradable sorpresa». Los detenidos fueron conducidos ante el juez que se encontraba realizando las labores de guardia. El magistrado será ahora el encargado de decidir el procesamiento penal de estos dos «okupas», que ya habían sido desahuciados de otros domicilios.

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