La Asociación Víctimas del terrorismo (AVT) celebró ayer por primera vez un acto en la ciudad de Gijón, en la que se proyectó un vídeo sobre el origen de la asociación y su evolución hasta lo que es hoy en día, complemento a una exposición conmemorativa de sus 30 años de historia que permanecerá hasta el 2 de septiembre en la sala de exposiciones del Centro Municipal Integrado de La Arena.
Al acto acudió la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, quien quiso recordar a José María Sánchez Melero e Isaac Rodrigo Ranilla, los dos guardias civiles asesinados el 28 de diciembre de 1989 por el terrorista Grupo de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (Grapo), mientras estaban de servicio frente a la Delegación de Hacienda en Gijón.
Moriyón afirmó sentirse «avergonzada» como ciudadana de que no haya ninguna placa en recuerdo a dichas víctimas, y se comprometió a que «tengan una placa en el sitio donde murieron». En este sentido, también expuso su interés por que «en otro sitio de Gijón hubiera un monumento que recordara a todas las víctimas del terrorismo».
Moriyón calificó la labor de la AVT de «encomiable», porque «acoge a todas las víctimas del terrorismo, sean del grupo que sean». Por ello, apostilló, será la propia asociación la que escoja el lugar para colocar dicho recordatorio a las víctimas: «Son los más indicados».
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